La industria pesquera en Puerto Rico ha tenido una leve mejoría, pero todavía los pescadores siguen batallando con los golpes del cambio climático, los daños de los huracanes Irma, María y Fiona y de los terremotos en el suroeste de la isla.

El presidente de la Federación de Pescadores Comerciales, Miguel Ortiz dijo que, además del impacto de los fenómenos naturales, los pescadores siguen lidiando con los efectos del cambio climático y el sargazo y sostuvo que las ayudas del gobierno no les han llegado a todos los trabajadores que viven del arte de la pesca.

“Los pescadores en Puerto Rico siguen dando la milla extra y van contra viento y marea a pesar de que las condiciones del tiempo después del paso del huracán María han cambiado significativamente y ahora tenemos más tiempo malo que bueno para poder hacer nuestro trabajo”, dijo en entrevista con Primera Hora.

Ortiz indicó que la ayudas del gobierno “están empezando a fluir”. Detalló han recibido asistencia de un programa federal a través del Departamento de la Vivienda y el Departamento de Agricultura repartió un fondo de $2 millones y otro $1 millón en fondos de la Administración Federal Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), pero dijo que algunos pescadores no han recibido el dinero que les corresponde. “Hay una minoría que no ha recibido las ayudas y necesitamos que el gobierno procure que estos fondos lleguen a todos los pescadores porque los necesitan. Ellos han llenado todos los formularios y han tratado de cumplir, pero no todo es color de rosa”, indicó.

Dijo que las malas condiciones del tiempo son el mayor obstáculo que enfrentan, pero también indicó que muchos muelles no han sido reparados.

“Estamos en pie de lucha y llegamos hasta donde podemos porque las condiciones del tiempo no nos permiten salir a diario. Necesitamos que el gobierno nos preste un poquito más de atención y se envuelva, que el Departamento de Agricultura pueda darles la mano a los pescadores y llegue al fondo de los problemas que enfrentamos. Cuando las condiciones del tiempo están muy malas los pescadores no pueden salir a pescar y muchas veces el pescador no recibe nada, no tiene desempleo y se tiene que ir a chiripear para llevar el pan de cada día a su hogar”, sostuvo Ortiz.

En cuanto al problema con la lentitud en el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para procesar las licencias comerciales dijo que ha ido mejorando, pero poco a poco. “Hubo una avalancha (cerca de mil solicitudes) de personas que aplicaron para las ayudas del coronavirus, pero no eran pescadores comerciales. Eso complicó la situación porque muchos aplicaron para que les dieran ayudas y otros para poder salir al mar porque solo podían hacerlo los que tenían licencia”, indicó.

Dijo que actualmente hay unos dos mil pescadores con licencia, mientras que en 2004 eran cerca de 5,000. “Después la cantidad llegó bajar a unos 900 y ahora está subiendo un poco. Lo que necesitamos es que el gobierno nos preste un poquito más de atención, nos merecemos un mejor trato en el sentido que si miras desde Maunabo para acá (Guayama) todos los muelles y rampas están destruidos. No se ha hecho nada. Seguimos esperando que bajen los fondos para arreglar los muelles. Se aprobaron $9.7 millones a Recursos Naturales de fondos de la NOAA para restablecer la pesca en Puerto Rico, pero lo que nos aprobaron en ayudas directas son solo $400,000. Eso es una miseria”, lamentó.

Ortiz denunció además, que algunas pescaderías continúan en malas condiciones y muchas de ellas, continúan en trámites de reconstrucción con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés). “La pescadería de Aguadilla está en el piso y no se ha podido levantar. Aunque ellos están pescando, ahí no hay estructura. Desde María no se ha podido reconstruir”, indicó.

Según el Departamento de Agricultura las pescaderías abiertas son: El Maní, Cataño, Guayama, Salinas Playa, San Juan, Ponce Playa, Ponce Guancha, Puerto Real, La Parguera, Cabo Rojo, Naguabo y Loíza.

“Todas las pescaderías tienen actividad de pescadores”, dijo Lisdián Acevedo, oficial de prensa del Departamento de Agricultura.

Mientras tanto, Daniel Matos Caraballo, investigador principal del Programa de Estadísticas Pesqueras Comerciales del DRNA, dijo que el huracán María afectó la pesca comercial, pero se ha ido recuperando.

“El huracán Fiona afectó, pero no tanto como María, la electricidad vino más rápido, no hubo tanta destrucción de muelles y villas pesqueras. Aunque bajó la actividad, no fue tanta”, indicó el funcionario.

Matos Caraballo dijo que según las disposiciones de Ley 278 y el reglamento de pesca del DRNA, los pescadores tienen que reportar en un formulario las capturas de cada uno de los viajes que realizan.

En 2017, dijo que los pescadores comerciales reportaron 1.7 millones de libras de pescado y mariscos; en 2018 reportaron 2.4 millones de libras de pescado y mariscos; en 2019, 2.4 millones de libras de pescado y marisco; en 2020, 1.7 millones de libras de pescado y mariscos; en 2021, 1.5 millones de libras de pescado y mariscos y en 2022, alrededor de 2 millones de libras de pescados y mariscos. Agregó que esa última cifra es preliminar porque todavía trabajan los números finales.

“La pesca en Puerto Rico hoy día es un buen negocio. Lo más que se captura ahora mismo es el chillo y cartucho, pargos de aguas profundas, langosta y el caracol que llamamos carrucho. Esas especies están al precio aproximado de $10 la libra. Los pescadores están teniendo unas mejores y significativas entradas. Hoy día un pescador comercial tiene un buen negocio en sus manos y la venta es buena”, indicó.